Construida en el año 1077 por orden del rey Sancho Ramírez, la catedral de Jaca está estrechamente ligada al desarrollo de la propia ciudad. Gracias a su construcción, la ciudad, lugar de paso de los peregrinos que hacen el Camino de Santiago, creció en número de visitantes y, a su alrededor, se fueron desarrollando diferentes negocios y hogares.
Situada en el corazón de Jaca, llama la atención de la misma su singular estructura románica. Con el paso de los años, la iglesia ha ido sufriendo diferentes estructuraciones, por lo que la visita a la misma es un recorrido por la historia del arte, desde el románico hasta el siglo XVII.